jueves, 27 de noviembre de 2008

¿¡Bienvenidos/as al cole!? ¡¿Bienvenidos a casa?!

Queridos amigos y amigas:
Muchas gracias a todos los que os asomáis aún a este blog para conocer lo que está pasando en esta región del Nord-Kivu en el Este de la RDCongo. Hace ya unos días que el interés informativo en los medios de comunicación por este rincón del mundo (¡está en el centro del globo terraqueo!) disminuyó mucho. Sin embargo, todavía sois muchos los que queréis hacerle un hueco a esta realidad. ¡Bienvenidos!
Para comenzar esta tarde, una foto simbólica (foto 1). Esta cerradura reventada del despacho del director de la Escuela Primaria (EP Kiwanja Cité). Los únicos que han entrado en las escuelas de Rutshuru y Kiwanja esta semana han sido los bandidos (¿ladrones o militares?, en este país es casi lo mismo). Se llevaron todos los libros que se guardaban para que los alumnos los compartieran en las clases. Normalmente aquí, no hay libros para llevar a casa, ahora tampoco para estudiarlos en clase ¿¡qué alivio!? ;-(

El caso es que la cacareada reapertura de los colegios en la zona recientemente ocupada por el CNDP ha sido un fracaso. El lunes, en el colegio al que fueron más niños se encontraron con 5, en otras 1 o 2, en casi todas, ninguno. ¿Por qué? La gente todavía tiene miedo, mucho miedo. Aunque no se han vuelto a repetir sucesos tan tristes como la masacre del 5 de noviembre, la gente no se repone de un golpe así de un día para otro, y tampoco se habitúa a las nuevas autoridades, (casi todas uniformadas de pies a cabeza), de la noche a la mañana. Los padres expresan el miedo a que sus hijos sean reclutados por la fuerza o que las niñas sean utilizadas como sirvientas o violadas. Ha pasado en los ultimos años a gran escala, y sigue pasando por desgracia ahora. Esta semana salía la entrevista en algunos periódicos ingleses, con un niño de 12 años que ejerce de general Maï-maï, con una crueldad increíble... Como os decía en otra entrada, la gente vive todavía como en tierra "extraña", con desconfianza y angustia especialmente por las noches.

Además, algunas escuelas fueron utilizadas en las últimas semanas como campamentos militares. No resulta un lugar ni tranquilizador ni instructivo.

En la foto 2 podéis ver a Lucien, (el asistente del proyecto de educación) en la EP 3Mashango. Además del robo en el despacho del director ¿deporte nacional? (ver foto 3, donde se ve el boquete en la pared de adobe junto a la puerta) algunas aulas no invitan al estudio.

En la foto 4 y 5 podéis ver las mútiples posibilidades de distracción para los niños: Si miras al fondo de la clase sigues en directo todo lo que pasa en el pueblo, y si miras a la pizarra puedes ver lo que pasa en la clase de al lado...

Se espera todavía que este lunes los padres se animen a llevar a los niños a las escuelas. En cuanto lleguen, distribuiremos el stock que ya tenemos en Rutshuru de cuadernos y bolis para 3.000 niños para que al menos el primer día de clase no se pase con los brazos cruzados...


Cambiando de tema. Lo que más me ha tocado esta semana es ver la situación en la que se encuentra unos 6.000 desplazados a las puertas del cuartel de la MONUC en Kiwanja. Los muros del cuartel son un simple alambre de espino enrollado que permiten a los militares indios ver en directo lo que pasa a su puerta y a los desplazados ver las buenas tiendas de campaña y la cantina de los militares (ver foto 6)

Del lado "civil" o "congoleño", las "casas" (los "bunquers", como os decía hace unos meses) dejan mucho que desear. No hay calles trazadas, y las "tiendas" se agolpan unas con otras intentando aprovechar al máximo el poco espacio de esplanada frente a la base militar. Alrededor de ella, es el único lugar donde sienten una "mínima" (muy muy mínima) seguridad, pues la Monuc vive su vida (salidas esporádicas y dejar pasar los días hasta que ellos también vuelvan a sus casas en India), sin prestarles apenas caso...
En este campo improvisado se encuentran sobretodo los desplazados que estaban en los campos desmantelados el 1 de noviembre en torno a Rutshuru y Kiwanja. Pese a que las nuevas autoridades del CNDP hacen todo lo posible (por las buenas y por las malas) para que se vayan y vuelvan a sus hogares, la situación en sus antiguos (para algunos más de 2 años) pueblos es de inseguridad absoluta pues se encuentran en la zona donde siguen los combates.

Cuando estuve visitándoles el martes, no tenían más que unas letrinas absolutamente llenas (no os pongo la foto pq es muy desagradable). El jueves, las ONG's presentes conseguimos el permiso para que Solidarités (ONG especializada en saneamiento) construyera unas provisionales el viernes.

Tampoco tenían agua, y apenas nada de comida. Como estos desplazados no son residentes reconocidos de Kiwanja, no pudieron aprovechara nada del reparto de comida que se hizo hace 2 semanas. De lo que crece en los alrededores del campo han hecho un pqño acopio de "harricots" (judías pintas) que no da para casi nada cuando se reparte entre miles de personas. (ver foto 7). Esperamos que las autoridades nos den permiso a las ONG's para dar algo el lunes, pero hasta ahora, no aceptan que se haga nada para ellos, porque dicen que si se les dan cosas, luego no querrán volver a sus casas. Yo me pregunto quiénes pueden preferir vivir así en lugar de poder trabajar su parcela y poder dormir en paz entre 4 paredes y no bajo plásticos... ¡Sólo quienes temen perder su vida si vuelven ahora!
Nuestro reto actual es poder convencer a las autoridades del CNDP que las necesidades humanitarias están muy por delante de los intereses ideológicos y/o políticos.

El comité de autogestión del campo estuvo contándonos su situación. Nos reunimos sentados en el suelo en una de esas tiendas que veis (fotos 5, 6 o 7), durante una hora pude escuchar en Kiswahili (con la traducción de Lucien al francés) "sus angustias y sus esperanzas" (cf. la plegaria de misa nº5-c). Entre las primeras, el miedo a la noche, con las indeseadas "visitas" de los militares del CNDP borrachos o malhumorados, que se agarra al estómago más que el hambre. Entre las segundas, las historias de reencuentros entre familiares que habían perdido el contacto tras la huída, o los 8 niños recién nacidos en el campo en estos días.

Sin duda, la historia que más me ha sobrecogido es la de Alivera y su nieto (ver foto 8). Esta mujer no sabe decir cuantos años tiene, pero sí que su hijo (el padre del niño) murió hace 14 meses en combates (creo que era militar, pero no me quedó claro). También nos dijo que su nuera (la madre del niño) falleció hace 2 meses. Ella está totalmente impedida. No se puede desplazar por sí misma más que medio metro con ayuda de sus manos. Son los vecinos, y sobretodo, vecinas del campo, quienes se encargan de sus necesidades básicas. El niño, de año y medio, está siempre alrededor de ella, pero no se puede decir que esté bien atendido. Empezamos las gestiones para que lo acojan en un centro de los salesianos en Goma temporalmente, o mejor, para que una familia congoleña pudiera adoptarlo, pero la abuela se negó en rotundo. Dice que ella ahora tb es como una niña pequeña y desvalida y que si le quitan al nieto, no tendrá ninguna atención ni cuidado. A través de la Cáritas parroquial, hemos decidido montarle una pqña casa al lado del campo y los voluntarios de cáritas se comprometen a hacerle 2 o 3 visitas diarias. Ahora, techo y pan no le van a faltar, pero la situación de ambos me sigue pareciendo tan frágil...

Hace unos días el evangelio hablaba de la viuda que dió 2 moneditas en el Templo. Cuando le llevamos a Alivera 3 kg de arroz y otros 5 de judías, enseguida se puso a repartirlos con las mujeres que le rodeaban. Algunas de ellas son quienes la han transportado a la espalda desde la selva tras la huida. Otras no son desconocidas pero que están en una situación similar a ella.

La foto 9 y última es un pequeño homenaje a quienes no tiran la toalla. Se trata del comité de este campo de desplazados de Kiwanja. Gente humilde y sencilla, que quiere volver a sus casas en lugar de tener que reparar cada día los palos que sostienen el plástico que les cubre. Gente solidaria y asustada. Gente que disfruta de la conversación y que no se regodea en las desgracias, sino que busca siempre indicios para la esperanza...

La escuela no ha empezado todavía para los niños de Rutshuru, pero yo sí he aprendido mucho esta semana con estas familias desplazadas y con las personas que en Kiwanja acogen a otros desplazados en sus casas. Aprender a dar lo que se tiene (Alivera), a bendecir al que se acerca (Comité) a defender los derechos de los desplazados (Lucien), a escuchar a los que necesitan compañía (Soeur Georgette).


El lunes volveremos a Rutshuru con la esperanza de poder distribuir comida en el campo, ropa en los centros de salud y cuadernos en las escuelas. En cualquier caso, creo que como JRS en Rutshuru estamos haciendo un poquito del primero de nuestros 3 verbos-guía: "acompañar, servir y defender" a los desplazados y refugiados.
En mi oración hoy le pido al Señor que nos dé fuerzas y ánimo para perseverar en esta compañía, servicio y defensa de los desplazados.
Y, Señor, que donde no sepamos o podamos dar,
tú sepas enseñarnos a esperar
y a acoger con agradecimiento lo que otros nos dan. Amen

Mungu awabariki, que el Señor os bendiga.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Los "otros" también sufren

Queridos amigos y amigas:
Retomo la entrada que estaba escribiendo. Acabo de perder lo escrito en la última hora y media pero como tenía ganas de contaros algo no me rindo y comienzo de nuevo.
Os escribo desde Goma, ahora ya al caer la tarde. Una tarde tranquila de domingo en la que por primera vez desde hace 4 semanas (cuando se recrudecieron los combates hasta entonces esporádicos) parece que “las armas callaron” en toda la región del Nord-Kivu. Como hay suministro eléctrico “normal” (con esas subidas y bajadas de tensión que destrozan los electrodomésticos), el grupo electrógeno también está callado y deja escuchar el canto variado de los pájaros (gorriones, periquitos, cuervos y un gallo del vecino que tiene el horario cambiado). Disfrutando de la brisa de la tarde, con una temperatura primaveral de 22ºC (siento daros envidia), me pregunto de nuevo ¿cómo es posible que esta tierra sea escenario de tanto sufrimiento?

Como casi todos sabréis, en 1994 en Rwanda, durante unas semanas infernales, 800.000 personas o más fueron asesinadas en una ola de violencia desmedida que se llamó “el genocidio rwandés”. Pero hubo al menos un millón de personas que pudieron huir al Congo. Un nuevo gobierno se impuso en Rwanda, pero a partir de 1996, con episodios especialmente dramáticos en el 98 y en el 2001, la región del Este del Congo fue entrando en una espiral de guerra, que ha dejado ya más de 5 millones de muertos y más de 2 millones de desplazados. Los 200.000 de estas últimas 4 semanas se suman pues a una larga historia de violencia.


En Kibuye (Rwanda), donde estuve desde el pasado sábado haciendo una visita y descansando un poco con el equipo JRS, murieron más de 11.000 personas en el genocidio. El monumento que veis en la foto 1 recuerda este triste acontecimiento de un modo mudo, junto al lago.

El campo de Kiziwa (ver foto 2), a 15 km de Kibuye, alberga ahora a casi 20.000 desplazados del Congo que huyeron en el 96 y sobretodo en el 98. ¡Más de 10 años lejos de su casa! Allí lleva varios años trabajando el JRS con todos los proyectos de educación, formal e informal para los niños y jóvenes. Así pude ver cómo el sufrimiento causado por esta guerra no distingue de fronteras. Desde el desencanto, la falta de oportunidades y de horizontes de los refugiados congoleses en Rwanda muchos jóvenes encuentran motivos para incorporarse a las filas del grupo CNDP del general Nkunda que está ocupando ahora Rutshuru. Otros que han tenido que huir de Rutshuru estos días, se incorporan a los grupos maï-maï y siguen alimentando así el fuego. De este modo el sufrimiento de ayer y de allá está causando el sufrimiento de hoy y de aquí, y es posible que éste sea causa de otros en el futuro. Desde mi estanciá "allá", en Kibuye, se me quedó grabada esta pregunta: ¿Cómo parar esta espiral de violencia y odio? Sin duda no será fácil, pero es necesario ¡y posible! abrir un camino para una paz estable y duradera.

Sigo convencido que este camino, (que posiblemente necesita de la intervención “efectiva” de la MONUC y/o de otras fuerzas internacionales para la primera desmilitarización), sólo se abrirá paso a través de una educación de calidad y para todos los niños y jóvenes que están sufriendo ahora esta guerra...

Mañana por la mañana, las escuelas de Rutshuru reabren sus puertas. Pero muchos niños (y posiblemente profesores también) no entrarán. Unos, porque siguen a 30,40 o 100km de ellas, sobreviviendo en la sabana-selva o en las pequeñas localidades del norte donde huyeron con sus familias. Otros, porque sus padres no les dejarán ir por miedo a que sean "enrolados" por el nuevo grupo militar que gobierna ahora el territorio. Otros muchos, simplemente pq no tienen los medios para pagar el 1$ mensual que piden las escuelas para pagar a los profesores (3$ o algo más para las escuelas secundarias)... Junto con Lucien y Prosper, (asistente y chofer del proyecto, respectivamente), intentaremos ir mañana allí para ver cuántas escuelas abren y cuántos alumnos tienen y cuáles son las necesidades más urgentes.

Hace unos días "celebrábamos" el Día internacional de la infancia. Los unos y los otros... A un lado y otro de la "Grande barrière"... Tanto los niños de Kiziwa-Rwanda (ver foto 3) que siguen las noticias por la radio de lo que pasa en su tierra (que todavía no conocen), como los niños de Rutshuru-RDCongo(ver foto 4) que se reponen de sus heridas y fracturas en una sala de un centro de Salud de Kiwanja, tienen derecho a jugar, crecer y luego trabajar en paz en su tierra. Se trata de darle la vuelta a la situación (ver foto 5) para que donde hay odio y desplazamientos, haya perdón y reconciliación.



El proyecto JRS de ayuda de emergencia en Rutshuru ya está listo sobre el papel, con los apartados que os comentaba en la última entrada: escuelas, centros de salud y vulnerables (sobre todo mujeres). Ahora se trata de ver qué respuesta dar y cómo sobre el terreno, en la situación en la que se encuentren las escuelas, los enfermos y las personas que vuelven a sus casas después de semanas fuera. Además de este proyecto, nos gustaría poder continuar con el proyecto general de apoyo a las escuelas de primaria y comenzar el nuevo proyecto de apoyo a algunas escuelas secundaria. Como algunos todavía me habéis escrito preguntando, os recuerdo que Entreculturas, ONG de la Compañía de Jesús, ha abierto una cuenta de apoyo a JRS en Congo (Banco Santander: 0049-0496-83-2010197161). Otras ONG's tb han hecho lo mismo.

Se me ha hecho tarde y no voy a reescribir el episodio del autobús africano... Lo dejo para la próxima entrada...
Lo que no puedo dejar de hacer es comentar el evangelio de hoy desde lo que vivimos aquí. Jesús nos dice sencillamente que el Juicio final no será ni un "sorteo", ni una "sentencia", sino la sencilla manifestación de lo que hemos ido haciendo y viviendo cada día. En el hambriento, el sediento, el desnudo, el enfermo y el desplazado, Él mismo nos sale al encuentro. En la respuesta que demos nos "jugamos" la calidad de nuestra humanidad y el valor de nuestra vida.
Señor, enséñames a reconocerte y acogerte en el "otro" como un hermano, cada día.

NOTA FINAL: Perdonadme que hoy haya escrito rápido y mal queriendo rehacer lo que se perdió en el "ciberespacio". Al menos, me ha servido para darme cuenta de lo mal que sienta y lo que cuesta tener que volver a empezar de cero...
A otra escala mucho más dura, ¡este volver a comenzar, frustrados y cansados, es lo que viven las familias que ahora están en Rutshuru y Kiwanja queriendo recuperar la normalidad!

lunes, 17 de noviembre de 2008

Desplazados entre las casas de su propia ciudad

Queridos amigos y amigas:
De nuevo saco un rato para contaros lo que estoy y estamos haciendo y viviendo desde el JRS Goma. Sé que muchos de vosotros estáis siguiendo con atención todas las noticias que comienzan a salir en los medios de comunicación sobre esta guerra olvidada en el Nord Kivu. No son muchas en comparación con las del batacazo del Madrid en Pucela, pero poco a poco van haciendo llegar a la sociedad española la realidad que se vive en esta región. Por eso, aquí solo os hago una síntesis muy breve y subjetiva de la situación actual:
En Goma, hay una normalidad relativa, con vida “normal” (comercios, escuelas y otras actividades en funcionamiento), pero con la tensión permanente de saber las tropas del CNDP a 15km de la ciudad. Personalmente, no creo que intenten un asalto en las próximas semanas, pues excede su capacidad e interés actual, pero me puedo equivocar…
En Rutshuru, hay una calma muy frágil. Estuve allá el pasado jueves y viernes y de ahí saco el título de esta entrada: la gente se encuentra desolada, triste, hambrienta y asustada como lo están los desplazados que llegan a un campo de acogida después de varios días de marcha, de sueño y de hambre. Aunque estén en sus casas y en su ciudad, la situación les resulta bien distinta: “desplazada”. Ahora son otros militares los que se pasean por las calles, hay nuevas autoridades, nuevas consignas, y las casas tienen las despensas vacías después de los asaltos (“pillajes”) que recibieron de los soldados de las FARDC en su retirada, y de los Maï-maï en su ataque irracional de hace 10 días a la ciudad y que dio lugar a la reacción inhumana del CNDP de matar casa por casa a los jóvenes que encontraron, (ver entradas anteriores).
Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo esta foto (1) de los niños jugando sobre un pequeño jeep militar de las FARDC quemado en los combates. Yo creo que no era este el coche que pidieron a los Reyes Magos el año pasado… En cualquier caso, mientras las escuelas sigan cerradas los niños aprenderán de la realidad más cercana (¡!)

En segundo lugar, os presento una foto (2) de una familia acogida en el Centro nutricional de las hermanas pallotinas. Cuando las familias consiguen reunirse y comer algo, la alegría inunda la sala. No hace falta mucho más: paz y pan (fufú de mandioca en este lugar), para comenzar a vivir con alegría. Por desgracia, esta imagen es una excepción todavía. Pero como es el sueño de muchos, y la realidad que comienza, no puedo dejar de presentarla.
Son muchas las familias que todavía no han podido reunirse después de la huida hacia el norte. Mi profesor de Kiswhili, Faustin, tiene a su esposa y su hija de año y medio en Rutshuru, mientras él todavía no ha podido regresar de Nyamilima (a 40km al NE), por miedo a las represalias que amenazan a los varones jóvenes. El tiene 35 años, y os aseguro que pocas personas tan pacíficas, en cada mirada y gesto, he visto en mi vida...
La cocinera de la parroquia, lleva 12 días buscando a su hijo de 5 años que desapareció. Parece que algún vecino/a lo tomó en la huida precipitada hacia Kanyabayonga
para protegerlo de los combates, mientras su madre estaba en el trabajo. El problema es que el vecino no tiene móvil ni está localizable. Imaginaos la angustia. Charline, (así se llama), no puede ocultar las lágrimas cuando le pregunto que tal está.
Por último, Ernestine, la "mama" que enseña a los vulnerables a construir mochilas con cintas de plastico de envalar (ver entradas anteriores) tuvo que desplazarse también, pero gracias a Dios, pudo ir con su marido y sus 5 hijos. Gracias a la mediación del cura de Nyamilima, (a quien le fié telefónicamente 100$ para emergencias), pudo conseguir los 10$ para volver todos juntos en camión (sobre la carga, que es el modo de transporte habitual acá) y otros 10$ para poder comenzar a comer algo. Su casa fue totalmente desvalijada por los maï-maï mientras todavía estaban en ella... Su sufrimiento pasado, ahora se ha transformado en ganas de trabajar, de volver a retomar el taller de "mochilas y canastos" artesanales y ayudar a los vecinos que lo pasan peor...

La foto siguiente (3) es una que me gusta especialmente. En el Centro de salud de Mapendo ("amor") en Kiwanja, son varios los padres jóvenes que se encontraban con sus hijos en brazos esperando una atención médica y algo de nutrición complementaria... ¡Para que nadie diga que los varones no son (somos) capaces de ternura y de cuidado de la vida! El problema es cuando la cultura de la violencia y la venganza se va imponiendo a la fuerza entre la población. Pero si a un padre se le deja ser padre, y no se le recluta con un fusil para hacer la guerra, puede ser un signo de esperanza incréible.




Todo esto sin negar que las mujeres tienen una fuerza especial, un valor extraordinario que se manifiesta de un modo ordinario. Si no, no se explica la serenidad y generosidad que mostraba la Hmna María (Presentación) en sus declaraciones ayer al llegar a España (¡qué alegría, saber que está ya allí, cuidadad por sus hermanas!). En esta foto (4) os presento a 3 de las 4 religiosas polacas que han decidido quedarse en Rutshuru para acompañar a la gente. Son 2 congregaciones diferentes (ver edad y hábito) pero una respuesta común: "¡Nos quedamos!" Para mí es un testimonio increíble de fidelidad en el amor a la gente... Su sonrisa viene de contemplar a la joven mamá jugar con su hija en su casa (foto 5). Es cierto que parece más hábil para cuidar a la peque que el joven papá de la foto anterior, pero la ternura es la misma. Y la esperanza en un futuro distinto para ella ¡también!

Antes de hablar de futuro, os cuento brevemente que el proyecto de JRS para acompañar y ayudar en la emergencia va cobrando cuerpo. Gracias a la generosidad de Entreculturas que canaliza la vuestra (ver cuenta en la entrada anterior), sabemos que contamos con un fondo para algunas intervenciones. La foto 6 muestra la llegada el viernes de los primeros lotes de comida para las familias de Kiwanja y Rutshuru. Graicas a Dios, la población de estas dos localidades va a ser atendida como desplazados, aunque sigan en sus casas. No pueden salir a los campos a recoger lo que cultivaron hace 2 meses y los camiones de suministro normal de alimentos no pueden atravesar las líneas. El PAM (Programa Mundial de Alimentos) ha conseguido llevar un convoy de comida y piensa enviar otros en las próximas semanas.

Hay otras ONG's que están haciendo "milagros" para volver a abastacer de agua a las dos poblaciones (las tuberías fueron cortadas, ¿saboteadas?, durante los enfrentamientos); otras se dedican a los auxilios sanitarios de urgencia... ¿Y nosotros, ¿qué?
Pues acabamos de terminar un borrador de proyecto de emergencia en 4 líneas:

1) apoyo a los profesores y alumnos para retomar las clases (comida y material didáctico). Cuánto antes comiencen las actividades escolares, mejor para todos y prevención de nuevos reclutamientos de niños y adolescentes para los grupos armados;
2) apoyo al personal sanitario que sigue trabajando ahora sin cobrar siquiera el mini salario habitual. El nuevo administrador ha impuesto la gratuidad total de los servicios médicos, impidiendo cobrar el dolar habitual por prestación, pero sin dar nada a cambio a los enfermeros y demás para pagar siquiera los medicamentos;
3) rehabilitación de salas de clases de las poblaciones que regresan a sus casas (que ya no están en el frente de batalla según el nuevo mapa administrativo y militar). Por desgracia algunas escuelas fueron arrasadas o utilizadas como puesto militar, utilizando los pupitres como leña y las clases como "establo";
4) y por último, distribución de ropa para mujeres y niños más afectados por los desplazamientos… Es algo que no parece urgente, pero es una manera de devolver a las mujeres (coquetas como en todas partes) un poco de su dignidad y de ganas de volver a empezar, y a los niños de permitirles cubrirse un poco pues sus ropas son siempre algo se deja para el final. Nosotros queremos que sean los primeros en recibir algo más que olvido.
A eso se destinará la cuenta de emergencia. Luego, desarrollaremos más el proyecto, sobretodo, en la línea de apoyo a las escuelas y las actividades escolares.

Igual que en la foto 7, la gente espera pacientemente la distribución de judías y harina, tengo la impresión de que la gente espera también la vuelta al cole, al campo, a casa, a la vida normal. Nuestro objetivo es acompañarles en este camino difícil. Por eso, intentaré volver el jueves a Rutshuru para poner en marcha este proyecto.

Ahora estoy en Kibuye (Rwanda) en la casa de otro equipo JRS en el último día de un mini descanso que me he tomado desde el sábado. Mañana vuelvo a Goma. Desde el borde del lago, el pasaje del evangelio de hoy, en el que Jesús camina sobre las aguas en medio de la tempestad e invita a Pedro a venir con él, tiene especial fuerza:

"Señor, que en medio de las dificultades,
de los intereses egoistas,
del sufrimiento inocente,
pueda fiarme de Ti,
y que donde yo no vea camino, ni esperanza,
pueda confiar en tu palabra
para poder encontrarme con mi hermano/a
más allá de las diferencias y distancias. Amen"

A todos vosotros, GRACIAS por vuestro apoyo y solidaridad con este pueblo. Un gran abrazo de paz. Mungu awabariki

























viernes, 14 de noviembre de 2008

Un saludo breve

Queridos compañeros, amigos y familia:

Como veis en la foto, estoy bien. Escribo breve por si acaso esta noche o en los próximos días no puedo acceder al blog. Dentro de 10' salgo para Rwanda, al campo de refugiados congoleses de Kibuye. El objetivo fundamental es descansar un poco. También aprovecharé para conocer la realidad que se vive al otro lado de la frontera y me encotraré con el pequeño equipo de JRS de allá. Ya os contaré...

Y como veis detrás en la foto (ayer en Kiwanja), no queda nada más que tierra quemada del campo de desplazados de Nyongera. La gente sigue dispersa y algunos, pocos todavía, van regresando de nuevo, a pesar de la situación de calma precaria. Ahora en Rutshuru y Kiwanja, el PAM (Progr. Mundial de Alimentos) está distribuyendo comida a TODOS los presentes. Ya no hay diferencias entre desplazados y autóctonos. Todos están en la misma situación de precariedad...
Si puedo escribir desde Kibuye, os contaré cómo fue la semana y especialmente esas 24 horas en Rutshuru. Si no, paciencia y hasta pronto.
Como sé que a algunos os interesa, os comunico que Entreculturas ha abierto una cuenta de ayuda de urgencia para JRS Congo. Banco Santander: 0049-0496-83-2010197161
Un abrazo grande y de nuevo GRACIAS por todo vuestro apoyo, ánimo, cariño y amistad (palabras vuestras de vuestros correos).

sábado, 8 de noviembre de 2008

Las víctimas civiles: entre el martillo y el yunque

Queridos amigos/as:
Buenas noches desde Goma, donde estoy como os decía desde el sábado pasado. Para situaros, he tomado prestada una foto aérea que he encontrado, en la que se ve la avenida donde vivo: entre la gran rotonda y el lago (más cerca de éste) a en la parte izquierda de la foto 1.

Siento haber tardado tanto en volver a escribir, pero ha sido una semana muy intensa, y por desgracia, muy triste. Como muchos de vosotros habréis podido seguir en las letras pequeñas de "internacional", el martes volvieron los combates en Rutshuru y sobretodo, en Kiwanja (a 5 km al norte de Rutshuru). Cuando los grupos de maï-maï (guerrilleros locales organizados como brigadas paramilitares de autodefensa) se retiraron, el grupo CNDP (ejército rebelde) que ocupó la zona hace 10 días, "invitó" a toda la población a salir de la ciudad y comenzaron una estrategia de limpieza. Bajo pretexto de no poder distinguir quienes eran maï-maï escondidos de los civiles jóvenes del pueblo, mataron a muchas personas inocentes. El número todavía no se sabe a ciencia cierta y habrá que esperar los resultados de la investigación de las fuerzas de la ONU y de otros organismos que se ocupan de los derechos humanos. En cualquier caso, una víctima inocente es siempre demasiado. Un buen colaborador de nuestro proyecto me dice que el conoce al menos dos víctimas: un joven de 23 años que se ganaba la vida vendiendo al por menor carburante para motos en la carretera, y un padre de familia que después de dos días encerrado con los suyos en casa, salió a buscar leña para hacer algo de comer y al regresar le dispararon... Otras historias de sufrimiento e injusticia como éstas me las guardo en el corazón, porque ya hay otros medios que les dan difusión.

En las fotos (2 y 3) que siguen, veréis a las familias de Kiwanja el jueves por la mañana, en los alrededores de la parroquia de Rutshuru (mi lugar "normal" de trabajo). Más de 1.500 personas pasaron esa noche del 5 al 6 de noviembre, dentro de ella y otras muchas más en los alrededores. Todavía hoy quedan unas 400 personas que no se han decidido a volver. Esa mañana, mientras todos se preguntaban por sus vecinos y familiares que no habían podido salir a tiempo de Kiwanja, muchos se enteraron que una mujer había dado a luz allí a un niño. Las condiciones no fueron ni mucho menos las mejores, pero ambos están bien. Es un signo increíble de esperanza. Como lo es también encontrarse con una madre dando el pecho a su bebé (ver foto 3)

Sé que estas personas están pasando muchas dificultades para encontrar comida. Las carreteras de acceso a Rutshuru y Kiwanja están cortadas al tráfico (salvo escasísimas excepciones de periodistas o Médicos Sin Fronteras). Afortunadamente, ayer recuperaron el suministro de agua y de luz que se cortó con el comienzo de los combates. Para socorrer un poco esta situación, en JRS-Goma hemos comenzado un pequeño proyecto de "ayuda de emergencia". Se trata de conseguir sacos de harina, de judías, de patatas, de maiz, mandioca y similares, y distribuirlo entre quienes perdieron todo en su casa en estos días, y quienes los acogen... No sé bien cómo lo voy a organizar (lo sabré el lunes) pero creo que a través de Entreculturas y/o Alboan, podríamos recibir dinero para este fin. Los que me habéis preguntado si es necesario un apoyo económico, estad atentos a la próxima entrada, donde intentaré dar más detalles. Mientras, comenzaremos con los fondos propios de JRS para emergencias...

A partir de las próximas 2 fotos (4 y 5), os presento un contraste grande. Están tomadas en el mismo lugar con un mes de diferencia. Se trata de la Escuela "Rugabo", a 300 metros de la parroquia. En septiembre y octubre había cerca de 1000 desplazados en apróximadamente 200 "sheetings" o "chamizos" de caña, palmas de bananos y plásticos. Se ven al fondo de la foto 4... Los niños del colegio invitaban a los niños desplazados a jugar al futbol con su balón (partidos de 50 contra 50 aprox ;-)), y con penurias, es cierto, pero con alegría, llevaban 2 meses de paz allá.
Con la llegada del CNDP, todos estos "refugios" han sido desmantelados. Ya no quedan refugios ni en esta escuela ni en otras; ni tampoco en 3 campos que estaban protegidos por el ACNUR y donde teníamos actuación para favorecer la escolarización. Unas 30.000 personas han perdido así de la noche a la mañana los 5 metros cuadrados donde se protegían de la lluvia y la noche.
A los ocupantes se les ha invitado a regresar a sus pueblos, sin darse cuenta que muchos de ellos no tienen ya casa allí (quedó destruida) o su pueblo sigue siendo zona de combates. Estas personas tuvieron que volverse a "desplazar" a otros lugares más lejanos y muchos sobreviven todavía como pueden en la selva-sabana. Por supuesto, nada de ir al colegio en las próximas semanas... ¡qué amargas vacaciones!


Por eso en la foto 5 no se ven al fondo los chamizos, y las caras de las personas que allí estaban el jueves 6 no tienen la alegría de los niños de un mes atrás. Estos reflejan la incertidumbre y la preocupación por lo que comerán hoy, por lo que pasó ayer, por lo que vivirán mañana... Un contraste también con nuestra seguridad cotidiana, en la que solemos saber dónde iremos y qué haremos mañana, sin pesar que haya muchos contratiempos que nos "desplacen".

Por último, os envío fotos de un par de escuelas en las que estábamos empezando a trabajar. En EP Gahinga (foto 6) me encontré este grafitti hecho por algún niño en el que se refleja como un hombre (el "mutuni"= "mensajero o enviado") mata a otro. Dicen que los niños dibujan lo que ven, sienten y viven. Cuando lo ví hace 2 meses, no me creía que ahí mismo se repetiría la escena. Para mí, este grafitti significa una verdadera interpelación. Es necesario ayudar a educar a los niños que están viviendo los efectos de esta guerra para que puedan encontrar otro modo de convivencia, para que puedan sentirse con la suficiente paz para desarrollarse humanamente, y para que, a corto plazo, no se conviertan ellos también, (como la generación que les precede) en instrumentos de violencia y destrucción. ¡Esta es la tarea de la educación para la paz y la convivencia! No se la suele considerar dentro de las intervenciones de urgencia (claro que antes va la higiene, el agua, la comida y el techo) pero yo creo que esta tarea es aquí y ahora más urgente que nunca.

La última foto es de la Escuela "Mabungo". Aquí estábamos a punto de terminar 6 nuevas salas de clase. JRS puso los cimientos, la estructura y el techo, y la escuela (padres, profes, etc) puso materiales (planchas de madera y de zinc ya usadas) que tenían de un viejo edificio destartalado (foto 7)

Aquí iban a comenzar a estudiar 300 niños el día 28que comenzaron los combates. Aquí es donde parece que se han desarrollado los más duros enfrentamientos en Kiwanja. Y aquí es donde yo tengo un poco mi corazón ahora. No sé cuándo podremos volver allí, ni cuando podrán recomenzar las clases, ni cuántos niños faltarán (porque tuvieron que re-desplazarse), ni cuantos profes, ni cuanta madera o zinc quedará en pie. Pero lo que sí hemos decidido en JRS Goma es que en cuanto se pueda volveremos a construir, y a apoyar a los profesores con formación y algún apoyo de comida. ¡Sobran signos de abandono y desencanto como para añadir nosotros uno! ¡y hacen falta signos de esperanza y puertas para un futuro en paz! Como esta tarea se nos queda grande, muy grande, hoy mi oración sale más consciente de nuestra pequeñez:
"Señor, hazme y haznos constructores de esperanza
en medio del desaliento y el dolor"

Un abrazo a todos/as.
Mungu awabariki






















lunes, 3 de noviembre de 2008

Dos grandes mujeres y una gran tragedia

Hola a todos/as desde Goma:
Como en estos correos no se trata sólo de dar noticias (vuelven a salir en los periódicos en letra pequeña detrás de las elecciones USA), sino de acercaros a la realidad que me encuentro, hoy quiero presentaros a dos grandes mujeres a través de esta primera foto:
1) Soeur Isabelle, congolesa y responsable del proyecto JRS de atención a los "vulnerables" (ancianos, viudas, minusválidos, etc) de los campos de desplazados que están a las afueras de Goma. Ha sido mi compañera JRS incondicional desde que llegué. El domingo pudo irse a Kinshasa a tomarse 2 semanas de merecidas vacaciones después de 4 meses de trabajo.
2) La Hmna Felisa, española y burgalesa, de la misma congregación que la Hmna María Presentación e íntima amiga suya. Con ellas dos comí la única tortilla de patatas hasta ahora, un sábado de agosto en Rubare viendo TVE internacional por un viejo aparato vía satélite.
En la foto, Isabelle y Felisa están al borde del lago Kivu, hace 4 días en Rwanda. Fue un momento de paz compartido y sobretodo: merecido. Para mí, son estas mujeres las que están cambiando y cambiarán el mundo, capaces de darse a los demás sin mirarse a sí mismas, y capaces de abrirse a otros/as y hacerse buenas amigas en 2 días. Desde aquí les doy las GRACIAS en nombre de todos los que reciben sus cuidados de enfermeras.
La cara triste de esta foto, es que el sueño que tenían Felisa y María era de estar juntos unos días en ese mismo lugar (un convento de benedictinas) descansando al borde del lago con los pies en el agua. Isabelle pudo hacerlo el viernes pasado en lugar de María...
Por cierto, sé que María está mejorando en un buen hospital de Pretoria (Africa del Sur) tras una segunda operación en las piernas. Todavía le queda un poco para ser acogida con todo el cariño que le espera en España. Ojalá allá puedan ayudarla con buenas prótesis para seguir acudiendo por su propia iniciativa a la ayuda de quienes están enfermos. En el corazón brota el recuerdo del salmo: "¡Qué hermosos sobre los montes los pies de quienes llevan la Buena Noticia!"

Ese mismo día, en otro lugar cercano, también al borde del lago Kivu, descubrimos un pequeño rincón de aguas termales. Las aguas de este arroyo manan a una temperatura de casi 100 ºC y en algunos charquitos burbujean y se escapan en forma de vapor que la foto no pudo recoger. Este contraste me recuerda la realidad que vivimos. De inmensa belleza y riqueza, pero en los que la tierra volcánica a veces hace brotar agua hirviendo, egoísmos sin escrúpulos, rencores enquistados, violencia descontrolada... Cuando la situación es tranquila, esta fuerza de la naturaleza se puede aprovechar para lavar mejor la ropa, como hacen las 2 mujeres de la foto, pero cuando se convierte en guerra, puede lastimar y hacer sufrir mucho, (por suerte, no se me ocurrió meter la mano para comprobarlo).

Nosotros seguimos en Goma, ya todo el equipo reunido, (menos Isabelle de vacaciones). Vamos viendo "polepole" (despacio) las posibilidades de seguir acompañando a los desplazados. Yo estoy con ganas de volver a Rutshuru, pero la situación sigue sin permitirlo pues hay combates todavía en la zona desde esta mañana.

Alguno me pregunta qué se puede hacer. No sé, pero quizás, cada uno desde sus conversaciones e intereses podéis hacer toda la presión que desde allí se pueda, para que este sufrimiento siga siendo noticia y no espectáculo de un día, y pueda interesar de veras a los países europeos a intervenir para aliviar y evitar una tragedia humanitaria que sigue agravándose cada día que pasa.

Muchas gracias por vuestro apoyo, vuestra amistad, vuestra oración y vuestra sensibilidad solidaria. Mantener el corazón y los ojos abiertos ante esta injusticia ya es mucho en medio de una sociedad que satura los sentidos hasta hacerlos insensibles al hermano que está lejos.

Mientras escribía esto no se me fue de la cabeza esa frase del salmo de unos párrafos arriba. Parafraseándola me sale decir:
"Señor, que mis pies y mi corazón estén dispuestos siempre a llevarme donde sea Buena Noticia". Amen

domingo, 2 de noviembre de 2008

La paz es la madre del pan

Hola a todos/as, y en este nuevo mes de noviembre, especialmente un saludo a todos los que os asomáis por primera vez a este blog. No pretendo ser corresponsal ni articulista; seguiré manteniendo el tono de compartir impresiones, sentimientos, deseos, ideas y oraciones con un grupo de buenos amigos…
Por eso, lo primero que tengo que deciros es que sigo bien, algo más cansado que otras semanas es cierto, pero bien; el cansancio es más "mental y afectivo" que físico, pues sigo durmiendo bastante bien...

En segundo lugar, os pongo al día someramente de la situación acá. La ciudad de Goma lleva 2 días de calma (a la manera congolesa, claro), en los que cesaron los tiros aislados y en las calles ya hay cierta actividad pero todavía moderada. Desde ayer, la carretera a Rutshuru ha vuelto a estar abierta y ya sé de gentes conocidas que volvieron allá para encontrarse con su familia de las que no tenían noticias. Las noticias de las personas a quienes no podía localizar por tfno y que ahora han conseguido ponerse en contacto conmigo son buenas. Hubo asaltos y robos ("pillaje"), pero parece que esta vez no hubo demasiados abusos de los recien llegados sobre la población local. Más daños, y muchos, causaron los militares de las FARDC (ejercito del Congo) en su huida en desbandada de las localidades que perdieron. En vez de defender a "su" pueblo, lo expolian como tantos otros...

El otro día lo citaba de pasada, y hoy he encontrado el texto de Benedetti que me parece que refleja bien la situación que vivimos en Nord Kivu en estos días. Leedlo despacio pues no tiene desperdicio:
Cuando la guerra se disfraza de paz, es la peor de las paces. Invade como ayuda, pero deja cenizas por donde pasa y muertes por doquier. La paz se vuelve hipócrita, los mansos no le sirven. Agrede a los otoños y les pisa las hojas. Y por si fuera poco, su razón de ser tiende a la sinrazón.
De arrabal en arrabal, los pájaros indagan y su juicio es severo. Esa paz que es de guerra vierte sangre en los suelos y es sangre de los cuerpos, maldición repentina, embuste enmascarado.
Cuando la guerra se disfraza de paz, nos deja casi atónitos, inaugura temblores, se afirma en la tristeza.
La paz nueva, la otra, la que es nuestro signo verdadero, conoce quiénes somos y nos hace mejores. Y algo que no es secreto: la paz nunca se disfraza de guerra y sólo a ella el corazón la acepta y la recibe con latidos, que son como un abrazo. Ya quedó constancia en el refranero: “La paz es la madre del pan”.
M. Benedetti. Vivir adrede, p.68

La verdadera paz está cerca, en el mismo lago Kivu, pude encontrar antes de ayer un signo de esa paz (ver foto).

Necesitamos paz para poder dar pan, o “fufú” (que es el alimento básico de acá, hecho con harina de mandioca y a veces tb de maíz). Esto es lo que cargaba tranquilamente hacia su casa esta joven mujer de la foto en Rwanda el viernes a sólo 3km de la frontera. En RDCongo, tenemos una paz precaria, posiblemente falsa, pues la guerra sigue estando detrás, pero al menos esta paz nos permite pensar en asistir a las gentes que siguen desplazadas, algunas en los 4 campos que rodean Goma (100.000 aprox) y otras muchas, posiblemente muchas más, vagando por las calles de la ciudad o por la sabana-selva de la región de Rutshuru. En estos momentos, la paz parece más valiosa (¿cara?) que el techo y los alimentos. Además, creo que sólo ella, una paz auténtica, podrá “consolar” un poco a quienes ya están acostumbrados a pasar noches de insomnio y jornadas de hambre, pero que nunca se acostumbrarán a vivir con el desasosiego dentro y la sensación de abandono desde fuera.

Os agradezco a todos vuestros mails tan diversos de apoyo, de ánimo y de cercanía. De veras que llega, y llega fuerte y hondo. Perdonadme si no puedo responderos a todos uno a uno: Gracias. Pero en cambio, sigo un poco con tristeza la “desaparición” de esta tragedia humanitaria en los medios de comunicación que se interesan por la F-1, las próximas elecciones en EE.UU, unas declaraciones de la Reina y otras “huevadas” (como dice Tony sj) similares. Ni siquiera aparece en las páginas de "internacional" de El País.es o El Mundo.es… (Para una información en portada y suficientemente completa podéis visitar en inglés: http://news.bbc.co.uk/2/hi/africa/7704628.stm). Parece que la "grande barrière" (verla a la izquierda en la foto) que separa el primer mundo de este tercero, es verdaderamente grande y sólo ocasionalmente franqueable.

Además, el fin de semana cae sobre esta realidad como una puerta cerrada en la que figura el cartel: Horario de lunes a viernes… Así que también nosotros aquí estamos esperando que llegue mañana lunes por la mañana para coordinarnos con otras ONG’s e intervenir, para conocer el resultado de las conversaciones diplomáticas, para saber qué decisiones se tomaron y nosotros podemos tomar.

Dentro de la complejidad de la situación, desde mi humilde opinión, creo sinceramente que aquí sí que se justificaría seriamente una intervención militar de la ONU, de la UE, de la UA (Unión Africana) o de todos juntos para garantizar la paz de hoy y caminar hacia la PAZ de mañana. Pero no hay "interés" (otros lo llaman "voluntad") político. Se habla de que hay 17.000 militates de la MONUC por "aquí", pero este "aquí" es la RDCongo, que es casi tan grande como la UE (5 veces España). En Nord Kivu habrá sólo unos 2.000 y en Goma sólo 850. Así que este dato se oculta y se utiliza para justificar las "reticencias" para una intervención. , igual que en tantas otras guerras.

Bueno, y con la dificultad de no poder cargar muchas fotos hoy (por problemas inexplicables del blogger) me despido con esta última de una niña con su hermanito mirando, esperando, la paz y un futuro distinto. Con ella mi oración sencilla hoy, para poderla compartir con los niños y los más mayores, con los que piensan de un modo y de otro, con los que están acá y allá de las fronteras, y con los que están preguntándose todavía esta noche si se marchan o regresan:

La paz nuestra de cada día dánosla hoy.
Amen