martes, 6 de enero de 2009

Cuando los niños vuelven al cole, yo regreso a España ¡GRACIAS!

Queridos amigos y amigas:

Desde Bujumbura (Burundi), al borde del lago Tanganika, me preparo para partir (que es "morir" un poco). Dentro de 8 horas un avión me llevará de regreso a Europa y a España, pero creo que una parte muy grande de mi corazón no sabrá embarcar...

Estaa foto 1 del atardecer al fondo en el Congo, desde Burundi, con el lago entre medias, refleja bien muchos de los sentimientos que me llevo en la maleta.


Pero la foto 2 expresa aún mejor este momento. En medio del campo de desplazados de Kiwanja hace unos días, una familia desmanteló su "maisonnete" y dejó ese espacio vacío entre las otras. Al hacer la maleta y dejar atrás Rutshuru hace 6 días, Goma hace 3, RDCongo hace 2 y hoy África, puedo ir despidiéndome poco a poco, al mismo tiempo que comprendo mejor lo que supone para tantas gentes dejar atrás su casa, su campo, sus familias, o para algunos, poder regresar a su tierra y a su hogar. En cierto modo, yo soy un "desplazado" si miro atrás, y un "retornado" si miro hacia adelante.


En estos días, un sentimiento nítido y constante entre todos los otros ha sido y es el de AGRADECIMIENTO. Ha sido mucho, mucho, mucho, lo que he descubierto, aprendido y sobretodo recibido y compartido en estos 5 meses que han pasado tan rápido.
Tendría que poner aquí los rostros y las historias de tantas personas con las que he podido trabajar, sufrir y disfrutar de la vida y la tarea en Rutshuru. Os presento solo en la foto 3 a Aline y a Ernestine, que nos han ayudado (y seguirán) con las visitas y ayuda a los más vulnerables, y sobretodo, con la formación en la elaboración de las "mochilas" de plástico de colores como fuente de ingresos... Dos generaciones de mujeres que cambiarán la situación de la región a base de cariño, esperanza y compromiso discreto y radical
En la foto 4 aparece el Padre Benjamin, compañero y colaborador excepcional. Él forma parte de la pequeña comunidad de Padres Palotinos de Rutshuru, la que ha sido mi casa allá. En las conversaciones con él he podido aprender a comprender a la gente y las necesidades más urgentes, pero también he podido descubrir la inmensa "riqueza" humana de los jóvenes rutshureños y de los cristianos que no se conforman con lo que hay.
En la foto 5, los niños de nuevo en clase. Las vacaciones de Navidad y año nuevo terminaron el domingo y desde el lunes, la mayoría de ellos (¡ahora sí!) han vuelto a la escuela. Yo no lo he podido "ver" en muchas de ellas, pero sé que JRS va a hacer todo lo posible por recuperar los dos meses perdido y apoyar a los profesores que den clases extras con comida básica para el mes. Gracias a Dios, todos los proyectos van a seguir (educación, vulnerables, letrinas) y además, en buenas manos: Lucien y P. Gerry sj. Así que puedo partir con tranquilidad y esperanza.
Como en estos meses os he contado algo (poco, la verdad) de los peligros de tanto militar (¿cafre?) armado suelto, hoy os presento el último peligro al que me he podido enfrentar: ¡los cocodrilos! Como la foto que les saqué no es de calidad (me dio un poco de "pereza" acercarme más ;-) ) os dejo esta señal de recuerdo (foto 6). ¡Lástima que todavía no se haya inventado una que ponga "Atención "humanos armados"! Esto sería demasiado difícil de aceptar...

En la foto 7, los alumnos de EP Rugabo, en Rutshuru, me ayudaron a despedirme de todos vosotros por este medio de comunicación. Viéndolos, uno no puede caer en la nostalgia estéril ni en la indiferencia acomodada. ¡Hay muchas escuelas que seguir construyendo y apoyando porque hay muchos niños/as que tienen que seguir creciendo y sonriendo!

Os confieso que, aunque vine acá como "humanitario" con un proyecto de una ONG, me he sentido más a gusto si cabe, compartiendo la vida y la fe con la Iglesia local, con los cristianos de todas las edades que no se cierran en ellos mismos y que desde Dios, confían y siguen apostando por los demás. En la foto 8 aparece la parroquia de Rutshuru, que comienza cada mañana con la misa a las 6.30 a ritmo de tambores y cantos. ¡Mucho mejor que el bip-bip de un despertador made in Singapur!
Esta música forma parte de África. Te la encuentras en todos lados. Ayer tarde, al borde del lago Tanganika, ya en Burundi, este grupo ensayaba sus cantos y bailes con una fuerza incréible (foto 9). Todavía no se ha inventado el blog donde insertar música, pero haced un esfuerzo para imaginaros lo que es el ritmo compartido de estos tambores a toda potencia. La energía que contagia y las ganas de vivir, no se parecen en nada a las de unas copas de viernes noche en Madrid.
Termino con la foto 10: mi querida Risiki, sonriente tras 10 días en cuidados especiales para hacer frente a la desnutrición. Ha perdido peso y ha ganado en vitalidad. Sorprendentemente, la desnutrición suele producir una hinchazón del cuerpo, que retiene líquidos inútiles que intentan suplir las carencias de proteínas y grasas... Cuando un niño/a comienza a comer una dieta completa y equilibrada, comienza a perder peso hasta un punto donde comienza a recuperarlo en forma de músculos y desarrollo óseo... Perdonadme si os digo que esto me hace pensar en nuestro mundo occidental. Quizás con la "des-nutrición" que tenemos en Europa de "humanidad completa y equilibrada" el ponernos de nuevo "en forma" suponga perder cosas: ocios y comercios, stress y superficialidad, para volver a dejar que crezca el corazón y la solidaridad. Y después de la reflexión, simplemente, la invitación a ver, ¡contemplar! a Risiki, sonreir.
La última foto, es un guiño que el Misterio de Dios nos hizo anteayer como despedida. El cielo se llena de colores entre las montañas y sobre el lago... Este mundo es un lugar precioso y acogedor. A nosotros nos toca hacerlo más que un paisaje: ¡un hogar para todos/as!
Mi oración final son dos palabras, las que dieron título a este blog:
¡UTUPE AMANI (Danos la Paz)!
Sé que varios de vosotros pedistéis esto a los Reyes Magos... Y parece que va llegando, poco a poco a este Kivu... Sigamos pidiéndoselo a los Hombres de Buena Voluntad.
¡Hasta pronto!