sábado, 8 de noviembre de 2008

Las víctimas civiles: entre el martillo y el yunque

Queridos amigos/as:
Buenas noches desde Goma, donde estoy como os decía desde el sábado pasado. Para situaros, he tomado prestada una foto aérea que he encontrado, en la que se ve la avenida donde vivo: entre la gran rotonda y el lago (más cerca de éste) a en la parte izquierda de la foto 1.

Siento haber tardado tanto en volver a escribir, pero ha sido una semana muy intensa, y por desgracia, muy triste. Como muchos de vosotros habréis podido seguir en las letras pequeñas de "internacional", el martes volvieron los combates en Rutshuru y sobretodo, en Kiwanja (a 5 km al norte de Rutshuru). Cuando los grupos de maï-maï (guerrilleros locales organizados como brigadas paramilitares de autodefensa) se retiraron, el grupo CNDP (ejército rebelde) que ocupó la zona hace 10 días, "invitó" a toda la población a salir de la ciudad y comenzaron una estrategia de limpieza. Bajo pretexto de no poder distinguir quienes eran maï-maï escondidos de los civiles jóvenes del pueblo, mataron a muchas personas inocentes. El número todavía no se sabe a ciencia cierta y habrá que esperar los resultados de la investigación de las fuerzas de la ONU y de otros organismos que se ocupan de los derechos humanos. En cualquier caso, una víctima inocente es siempre demasiado. Un buen colaborador de nuestro proyecto me dice que el conoce al menos dos víctimas: un joven de 23 años que se ganaba la vida vendiendo al por menor carburante para motos en la carretera, y un padre de familia que después de dos días encerrado con los suyos en casa, salió a buscar leña para hacer algo de comer y al regresar le dispararon... Otras historias de sufrimiento e injusticia como éstas me las guardo en el corazón, porque ya hay otros medios que les dan difusión.

En las fotos (2 y 3) que siguen, veréis a las familias de Kiwanja el jueves por la mañana, en los alrededores de la parroquia de Rutshuru (mi lugar "normal" de trabajo). Más de 1.500 personas pasaron esa noche del 5 al 6 de noviembre, dentro de ella y otras muchas más en los alrededores. Todavía hoy quedan unas 400 personas que no se han decidido a volver. Esa mañana, mientras todos se preguntaban por sus vecinos y familiares que no habían podido salir a tiempo de Kiwanja, muchos se enteraron que una mujer había dado a luz allí a un niño. Las condiciones no fueron ni mucho menos las mejores, pero ambos están bien. Es un signo increíble de esperanza. Como lo es también encontrarse con una madre dando el pecho a su bebé (ver foto 3)

Sé que estas personas están pasando muchas dificultades para encontrar comida. Las carreteras de acceso a Rutshuru y Kiwanja están cortadas al tráfico (salvo escasísimas excepciones de periodistas o Médicos Sin Fronteras). Afortunadamente, ayer recuperaron el suministro de agua y de luz que se cortó con el comienzo de los combates. Para socorrer un poco esta situación, en JRS-Goma hemos comenzado un pequeño proyecto de "ayuda de emergencia". Se trata de conseguir sacos de harina, de judías, de patatas, de maiz, mandioca y similares, y distribuirlo entre quienes perdieron todo en su casa en estos días, y quienes los acogen... No sé bien cómo lo voy a organizar (lo sabré el lunes) pero creo que a través de Entreculturas y/o Alboan, podríamos recibir dinero para este fin. Los que me habéis preguntado si es necesario un apoyo económico, estad atentos a la próxima entrada, donde intentaré dar más detalles. Mientras, comenzaremos con los fondos propios de JRS para emergencias...

A partir de las próximas 2 fotos (4 y 5), os presento un contraste grande. Están tomadas en el mismo lugar con un mes de diferencia. Se trata de la Escuela "Rugabo", a 300 metros de la parroquia. En septiembre y octubre había cerca de 1000 desplazados en apróximadamente 200 "sheetings" o "chamizos" de caña, palmas de bananos y plásticos. Se ven al fondo de la foto 4... Los niños del colegio invitaban a los niños desplazados a jugar al futbol con su balón (partidos de 50 contra 50 aprox ;-)), y con penurias, es cierto, pero con alegría, llevaban 2 meses de paz allá.
Con la llegada del CNDP, todos estos "refugios" han sido desmantelados. Ya no quedan refugios ni en esta escuela ni en otras; ni tampoco en 3 campos que estaban protegidos por el ACNUR y donde teníamos actuación para favorecer la escolarización. Unas 30.000 personas han perdido así de la noche a la mañana los 5 metros cuadrados donde se protegían de la lluvia y la noche.
A los ocupantes se les ha invitado a regresar a sus pueblos, sin darse cuenta que muchos de ellos no tienen ya casa allí (quedó destruida) o su pueblo sigue siendo zona de combates. Estas personas tuvieron que volverse a "desplazar" a otros lugares más lejanos y muchos sobreviven todavía como pueden en la selva-sabana. Por supuesto, nada de ir al colegio en las próximas semanas... ¡qué amargas vacaciones!


Por eso en la foto 5 no se ven al fondo los chamizos, y las caras de las personas que allí estaban el jueves 6 no tienen la alegría de los niños de un mes atrás. Estos reflejan la incertidumbre y la preocupación por lo que comerán hoy, por lo que pasó ayer, por lo que vivirán mañana... Un contraste también con nuestra seguridad cotidiana, en la que solemos saber dónde iremos y qué haremos mañana, sin pesar que haya muchos contratiempos que nos "desplacen".

Por último, os envío fotos de un par de escuelas en las que estábamos empezando a trabajar. En EP Gahinga (foto 6) me encontré este grafitti hecho por algún niño en el que se refleja como un hombre (el "mutuni"= "mensajero o enviado") mata a otro. Dicen que los niños dibujan lo que ven, sienten y viven. Cuando lo ví hace 2 meses, no me creía que ahí mismo se repetiría la escena. Para mí, este grafitti significa una verdadera interpelación. Es necesario ayudar a educar a los niños que están viviendo los efectos de esta guerra para que puedan encontrar otro modo de convivencia, para que puedan sentirse con la suficiente paz para desarrollarse humanamente, y para que, a corto plazo, no se conviertan ellos también, (como la generación que les precede) en instrumentos de violencia y destrucción. ¡Esta es la tarea de la educación para la paz y la convivencia! No se la suele considerar dentro de las intervenciones de urgencia (claro que antes va la higiene, el agua, la comida y el techo) pero yo creo que esta tarea es aquí y ahora más urgente que nunca.

La última foto es de la Escuela "Mabungo". Aquí estábamos a punto de terminar 6 nuevas salas de clase. JRS puso los cimientos, la estructura y el techo, y la escuela (padres, profes, etc) puso materiales (planchas de madera y de zinc ya usadas) que tenían de un viejo edificio destartalado (foto 7)

Aquí iban a comenzar a estudiar 300 niños el día 28que comenzaron los combates. Aquí es donde parece que se han desarrollado los más duros enfrentamientos en Kiwanja. Y aquí es donde yo tengo un poco mi corazón ahora. No sé cuándo podremos volver allí, ni cuando podrán recomenzar las clases, ni cuántos niños faltarán (porque tuvieron que re-desplazarse), ni cuantos profes, ni cuanta madera o zinc quedará en pie. Pero lo que sí hemos decidido en JRS Goma es que en cuanto se pueda volveremos a construir, y a apoyar a los profesores con formación y algún apoyo de comida. ¡Sobran signos de abandono y desencanto como para añadir nosotros uno! ¡y hacen falta signos de esperanza y puertas para un futuro en paz! Como esta tarea se nos queda grande, muy grande, hoy mi oración sale más consciente de nuestra pequeñez:
"Señor, hazme y haznos constructores de esperanza
en medio del desaliento y el dolor"

Un abrazo a todos/as.
Mungu awabariki