jueves, 30 de octubre de 2008

Desde el otro lado de la "gran" barrera

¡Qué impotencia!


No puedo ocultar que anoche me sentaba en un escalón del patio de la parroquia de Gisenyi y lloraba por dentro viendo al fondo los destellos de cañones y escuchando las ráfagas de balas. Me sentí como nunca, deshecho y desamparado, como este "shitting" de uno de los campos de desplazados... (foto 1) ¿Consuelo? Al menos, ya sabía que habían evacuado a María (la religiosa española de Rubare), en estado grave pero estable, hacia Pretoria (Sudáfrica) y que Lucien (mi asistente de proyecto, congolés) estaba bien y durmiendo en la base de la MONUC en Rutshuru...


De nuevo os digo que estoy bien, al otro lado de la "gran barrera", igual de tranquilo que cualquiera de vosotros respecto a mi seguridad personal, pero con la triste suerte de estar al lado y conociendo a tanta gente que está sufriendo esta injusta guerra... Una guerra que comparo a menudo con el volcán que acompaña a la ciudad en el horizonte, pues la sensación que tengo es que está ahí, acechante e imponente, y que produce desplazados y heridos que tienen luego que vivir sobre su lava reseca (foto 2)
¿De verdad? Sí, de verdad. Aquí en Rwanda, uno está como en las gradas de una plaza de toros: el peligro está dentro del ruedo, es decir, en Goma. Yo salí ayer por la tarde de Goma, pues estábamos preparados para este indeseable presente, y ahora escribo desde el pueblo de al lado...

Nunca he sentido tampoco el tremendo poder de las fronteras. ¿Sabéis? Le llaman la "Grande barrière", al puesto fronterizo que une (o separa) Goma (RDCongo) y Gisenyi (Rwanda). Cuando la crucé por primera vez el 7 de agosto, me pareció ridículo, pues se trata de un paso protegido por dos vallas que no serían homologables ni en un estadio de 3ª División regional. Y sin embargo, al atraversala, uno entra o sale de una realidad a otra. De la paz a la guerra, de la seguridad al caos, del porvernir de una "mini-potencia" africana a una reproducción del colonialismo del pasado... o viceversa. Pues bien, ayer esa barrera me parece que refleja bien la que separa nuestro propio interés e indiferencia del sufrimiento y abandono de las víctimas de un mundo que no "funciona" bien, no sólo en lo financiero, sino en lo más básico: lo fraterno.

Bueno, como véis, no he podido evitar desahogar un poco de mis sentimientos y reflexiones al comenzar a teclear esta entrada. Ahora, creo que podré ser un poco más objetivo y contaros algo de los acontecimientos. Goma es una ciudad pobre, extensa y llena de vida, (ver foto 3) donde la gente reside, comercia, conversa, descansa y casi siempre al borde de la calle y si no, de la propia casa. (ver foto 4)
Hoy, como ayer, la ciudad está casi paralizada y la gente de puertas adentro esperando ver cómo se evolucionan las cosas.
¿Será ocupada (o liberada, según quien te lo cuente) la ciudad?
¿Se mantendrá esta calma tensa y llegarán a algún punto seguro las negociaciones?
¿Por qué la ONU y la UE no se deciden a garantizar la seguridad con nuevas tropas?
¿Cuál es la agenda oculta y cuáles son las fechas que están marcadas?... Estas son las preguntas que se hacen (y nos hacemos) los que viven en la región y en la ciudad...

Mientras, estuve (y estoy) siguiendo por teléfono móvil, al otro lado de la "inmensa" barrera, las noticias que me llegan de Rutshuru (70km al norte de Goma). Hablo con unos y otros. Por este fantástico invento, pudimos ayudar a evacuar a la Hmna María, contactar con el Hospital, con el puesto-base del Monuc allí, con los helicópteros que fueron a evacuarla... Al mismo tiempo de otros móviles salieron órdenes precisas y eficaces para enviar auxilio urgente desde la embajada de España, el Nuncio en Kinshasa, etc... Y entre medias, llamadas a la gente sencilla que conozco y que me contaban las dificultades en su huida hacia el norte...
Ahora, parece que allá parece que ya se decantaron las cosas, al menos para los próximos días. Las tropas del CNDP ocupan y contralan la ciudad. Los campos de desplazados donde estaba trabajando con las escuelas, se han vaciado y la gente ha huido hacia la sabana-selva (la brousse) que se ve al fondo (ver foto 5). Más del 80% de la gente que conozco está ilocalizable pues pertenencen a la red de telefonía móvil Celtel, que ha sido dañada en la zona. Otros no tienen ya batería o están sin cobertura. Al menos, de los que pude localizar, me llegan noticias tranquilizadoras...











A mucha gente le faltará también hoy el pan y el techo, mientras se refugian donde pueden en las afueras de los pueblos y de la ciudad. Una de ellas podría ser esta niña que estaba desplazada en la Escuela de Rugabo (Rutshuru) y que posiblemente esté con su madre y su otros 3 hermanos. (foto 6)

Creo que no va a ser fácil hacer llegar una pronta ayuda humanitaria. Lo intentaremos. Hay mucha gente buena y organismos comprometidos que lo van (vamos) a intentar...


Sintiendo el apoyo grande de todos los que leeis estas líneas y de muchos otros que las siguen por la prensa, me siento bien de ánimo, y de un modo tan inexplicable que es claramente de Dios, tengo también paz suficiente para apoyar a quienes me encuentro. Me gustaría contagiarla al otro lado también, a quienes esta noche tengan un arma a mano, para que la dejen en el suelo y no amenacen ni dañen a nadie más.

De esta paz habla la última foto de hoy (foto 7). Se trata de una vista de Goma en paz... Fue el pasado reciente de hace 10 días y espero que sea el futuro próximo.


Esta paz (AMANI) es de nuevo mi deseo ahora y es mi oración de hoy.

Os invito de nuevo a asociaros a ella:

Hazme Señor, instrumento de tu paz, hazme testigo de la bondad que hay en el corazón del hombre,
y que es sin duda la mayor riqueza y belleza que nos das.
Amen