lunes, 6 de octubre de 2008

A veces la tierra tiembla y otras las armas vomitan

Hola a tod@s:

Escribo rápido y supongo que breve también, pues de nuevo este fin de semana en Goma estamos sin electricidad. En la casa-oficina JRS tenemos un generador diesel que nos permite trabajar un poco en esta situación...

Ha sido una semana muy "especial". Comenzamos con un terremoto de mediana intensidad el pasado sábado noche. Los que me conocéis un poco podéis haceros una idea de su intensidad si os digo que consiguió despertarme (no desvelarme ;-) a las 02.00 am). Por suerte, no produjo muchos daños, y ningún herido. Aquí las casas son bajas, por falta de medios, sí, pero también como medida de prevención ante estas sacudidas. En nuestras letrinas, tuvimos un muro de la excavación que se derrumbó y luego se inundó de agua con la tormenta del día siguiente (ver foto 1). Pero los madrileños sabemos que también se inunda la M-30 ;-)


El domingo fue tranquilo y de descanso. Tiempo para dormir algo más, un rato de oración más largo y tranquilo, celebrar la eucaristía y hacer deporte (¡he encontrado dónde jugar al tenis acá cerca, lo que para mí es aún mejor que la pachanga de fútbol de los domingos!)...


Y el lunes, ¡vuelta a Rutshuru! Cada vez que salgo de Goma (ciudad) y llego allá (monte-campo), me siento más animado. No es solo por la afición a la naturaleza (aunque también: mirad si no la foto 2), sino porque supone entrar en unas relaciones mucho más directas con la gente. Además de que allá la gente se saluda cuando se cruza, poco a poco la gente me va reconociendo como el "Padiri" ("cura" o "padre" en swahili), y yo tambíen (mucho más lentamente) les voy reconociendo a ellos. Reconozco que yo me equivoco de vez en cuando y me cuesta retener las caras y los nombres... Pero también ellos lo hacen y confunden el todoterreno blanco del JRS con el de las monjas de allá y los niños gritan: ¡Ma soeur! ¡Ma soeur! o bien con los de las fuerzas especiales de la ONU y me gritan ¡MONUC! ¡MONUC!... En cualquier caso, en Rutshuru, uno no puede pasar desapercibido.


Una de las grandes alegrías de la semana fue ver que los muros de ladrillo de 2 nuevas aulas que estamos construyendo en la escuela de EP 3Mashango, comienza a ganar altura (ver foto 3). Pero más que los muros, la alegría viene de ver a los (¡y las!)albañiles trabajando y ganando un dinerillo después de meses "mano sobre mano". Si además, la escuela es para sus hijos, la ilusión se multiplica... También esta semana comenzamos la construcción de 6 nuevas aulas "evolutivas" en otra escuela EP Mabungo. Las llamamos así, porque JRS pone los cimientos, los pilares la estructura de madera y el techo de zinc. Luego, poco a poco, la escuela irá consiguiendo cómo hacer las paredes con ladrillo o maderas o barro o plástico o lo que sea...


Finalmente, también hemos comenzado a contruir otras 6 aulas provisionales (madera en la estructura y lonas de plástico para paredes y techo) como respuesta rápida a los niños de EP 2Mashango que estudian bajo los árboles (ver foto 4), o bajo un plástico que sujetan ellos por turnos (ver foto 5)

El martes fue tb especial, pues el gobernador de la región decretó un día de "oración por la paz". De 8 a 12h no hubo actividad y cada ciudadano/a estaba invitado a ir a su iglesia (o mezquita o templo) para rezar por la paz. En Rutshuru, en la parroquia, nos juntamos más de 4.000 personas. La misa duró 2 horas, pero no se hacen largas cuando todo el mundo está metido, activo y cada parte tiene un canto largo y con palmas o baile... Allí tuve la ocasión de hacer lo más peligroso que he hecho hasta ahora: ¡leer una parte de la plegaria de la misa en swahili! (yo no entendí lo que dije, pero la gente ¡sí!, ¡pequeño milagro!)


Lo que no se produjo todavía es el milagro de la paz. El miércoles hubo un ataque del grupo rebelde CNDP a un campo militar de las Fuerzas armadas de la RDCongo (FARDC) en Rumangabo (entre Goma y Rutshuru). El día fue un poco tenso, pues la gente temía que fuera el comienzo de nuevo de la guerra abierta... Afortunadamente, no fue más que una "erupción" más de esta guerra en stand-by que sacude esta región del Este del Congo, y el viernes la tranquilidad volvía a reinar en las actividades cotidianas... Pero en medio de esta situación muchas personas que vivían en la zona han pasado a ser nuevos desplazados (son casi un millón en esta zona de Nord Kivu, y unos 80.000 en el territorio de Rutshuru). Nosotros también tuvimos que "desplazarnos" y el jueves volvimos a Goma, en espera de ver cómo evolucionaban las cosas.


En este camino de vuelta, nos cruzamos con muchas, muchas familias "desplazadas" por la amenaza de las armas, que caminaban buscando un refugio para la noche, o quizás para la semana o para el año que viene. Mujeres, seguidas por ancianos y niños, (pues los hombres forman parte de los grupos armados o del ejército) cargando con el colchón sobre la cabeza y un saco con todas las pertenencias cargado a la espalda... No puedo describiros la tristeza que se pega en el alma al ver esta situación tan injusta e inhumna... Tampoco tengo fotos... Sólo me queda compartirla un poco con vosotros, convertirla en oración cada mañana, y gritar de mil maneras posibles: ¡BASTA!


  • ¡¿Cómo es posible que la avaricia (en esta zona por el coltán, el cobre, el oro y otras riquezas naturales) y el afán de poder (entre países y etnias) puedan cegar tanto que impidan sentir este sufrimiento?!

  • ¡¿Hasta cuando seguiremos mirando a otro lado cuando nos topamos con un "conflicto crónico" en un país africano, y actuando de inmediato cuando es un conflicto que pone en peligro los "intereses empresariales" de nuestros países?!

  • ¡¿Quién pudiera poner en una misma balanza, en un plato los ingresos por venta de armas a los países africanos y en el otro los gastos en ayuda humanitaria para situaciones de crisis, para ver que los primeros son 5-10 veces superiores?!

Una vez que me he desahogado un poco. Comparto también que el viernes pude conocer el Centro Juvenil Don Bosco que tienen los salesianos aquí en Goma. Uno no deja de sorprenderse y también un poco de emocionarse, al ver lo que la creatividad, la buena voluntad, la profesionalidad y la solidaridad pueden hacer juntas. Atiende a casi 3000 personas en necesidades muy diversas. Una estupenda medicina después del "schock" de injusticia del jueves...


Y después de descansar un poco este domingo, mañana lunes ¡de nuevo al cole, de nuevo a Rutshuru!, con la intención de comenzar con los pupitres y con un proyecto de fabricación de bolsas de escuela. Ya os contaré. Hasta pronto.